Nadie quiere que los hijos sean partícipes
de la separación de sus padres, sin embargo, muchas veces la situación de los
padres se complica en niveles tales, que una separación parece ser la única
solución.
Los padres pueden sufrir un gran
estrés debido a la posterior situación de los hijos tras una separación. En algunos
casos este estrés toma ribetes de drama, cuando en realidad los hijos son los
menos propensos a los dramas. Si existen dramas en este aspecto, son mayormente
generados por los padres, por sus propias experiencias personales, por sus propios
dramas internos.
A los hijos les importa mucho el amor, podríamos
decir que lo único que les importa es el amor. Ellos no conciben que no exista
el amor y menos entre sus padres, lo esperan siempre como algo natural. Pero
no es posible engañarlos y fingir que el amor sigue presente cuando ya no está.
Ellos saben cuándo está verdaderamente y cuando se está fingiendo que está.
En algunas ocasiones es posible que los
padres quieran seguir fingiendo estar en una relación sana frente a los hijos,
a la familia y a la sociedad. Podrán lograrlo en cierto grado, pero nunca
podrán tener éxito en este empeño frente a sus hijos. Ellos saben ver la
energía que circula en el hogar y no hace falta expresar con palabras lo que
está sucediendo para que ellos lo sepan con mucha exactitud.
Los hijos siempre esperan el amor en forma natural
y es extraño para ellos que eso no sea así. Estas situaciones basadas en fingir, pueden
resultar inmensamente dañinas para ellos, porque se les presenta un modelo de
una relación vacía que no les deja más que confusión y dolor. Esta confusión
puede llevarlos en la edad adulta a formar relaciones donde fingir parece ser
la manera normal de relacionarse.
Sería más sano para ellos trasparentar la
situación y darles a entender que siguen siendo amados aunque la relación esté
a punto de terminar entre sus padres. Al menos pueden tener la certeza de que
eso es inalterable y que no guarda relación con la ruptura de la pareja. Es
importante que ellos sepan que sus padres los aman de todas maneras y en cualquier situación. Tratar
de fingir frente a ellos es una muestra de cobardía que no se acerca a los valores
del amor.
Pero sus experiencias en estas circunstancias no son en vano, ellos tienen algo que aprender de
todo esto que está sucediendo.
Seguramente tendrán que ver como
los adultos estropean la expresión del amor, como los adultos creen amar incondicionalmente
cuando no es verdad y como los adultos se han bloqueado al amor y a su expresión natural. Debido a que ellos aún están más conectados al amor, saben que no se trata de falta
de amor, saben que solo se trata de un bloqueo de la expresión del amor.
Todo lo que les sucede a ellos tiene una finalidad,
no es casualidad que
se encuentren participando de esta experiencia. Seguramente han elegido vivirla
junto a sus padres desde antes de venir aquí y tendrán mucho que aprender para
aportar a la evolución de la humanidad.
Podrían ver con claridad que los adultos pueden y tienen derecho a vivir en
el amor tal cual cuando somos niños. Ellos pueden comprender que pueden
preservar ese amor que ellos sienten en forma natural y expresarlo fluidamente
aun siendo adultos. Ellos pueden comprender la importancia de vivir en amor y
la importancia de expresar el amor. Ellos podrán dar el valor a esa actitud
maravillosa de no alejarse nunca del amor.
Todo lo que puedan vivir ahora les puede ayudar a
comprender eso y entonces van a querer formar familias amorosas. Además, sus
corazones hermosos podrán seguir amando a sus padres con un amor amplio y abierto. Ellos pueden comprender que el amor no ha
sido bien entendido por sus padres, pero que ellos si pueden hacer las correcciones para acercarse más a él.
Ellos realmente pueden crecer en esta experiencia.
Si sufren en la separación, será exclusivamente por influencia de los adultos
(de sus padres y familia), no es porque ellos tengan que sufrir. Todo el
condicionamiento de tradiciones y otras cosas no le pertenece a los hijos, solo
le pertenece a los padres y los padres pueden transmitir eso a sus hijos
haciéndolos sufrir.
Los hijos no sufren, ellos son más incondicionales.
Los adultos somos los
que tendemos a sufrir por todo y les transmitimos a ellos el mensaje de que les corresponde sufrir.
Si los
padres que se están separando les enseñan a sus
hijos que estarán más cerca del amor, todo estaría muy bien. Pero seguramente se les hará difícil hacer
eso porque esa es la razón de estar necesitando la separación de la pareja,
haberse sentido alejados del amor.
Si observamos con atención, los hijos de
los padres que se han separado, están más cercanos a aprender la lección que encierra
una separación, incluso más que los mismos padres. Muchas veces los padres no
aprenden mucho de eso, pero los hijos tienen más probabilidad de hacerlo.
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